Factores afectivos en el aprendizaje de inglés como lengua extranjera

El Estudio nacional de inglés realizado por la Agencia de la   Calidad de la Educación (2017) expone que siete de cada diez estudiantes chilenos de tercer año medio, no alcanzan los  aprendizajes esperados en la asignatura de Inglés. Por su parte, el sistema nacional de evaluación de resultados de aprendizaje en Chile-SIMCE- durante los últimos años (2012, 2014, 2017) evidencia que no solo no se han alcanzado los niveles esperados por el Ministerio de Educación, sino que además las investigaciones señalan que en los diferentes niveles educativos chilenos (enseñanza básica, media y superior) existen diversos factores que inciden en el proceso de enseñanza y aprendizaje de una lengua extranjera. 

Al respecto, diversos estudios concuerdan que existen factores que inciden en el aprendizaje de los estudiantes, como por ejemplo,  el no haber recibido la preparación suficiente en la lengua extranjera; poco tiempo dedicado a la enseñanza de la lengua extranjera debido a que sus docentes pueden haber tenido asignado un horario limitado para su planificación, dificultando la posibilidad para abordar todos los contenidos de manera efectiva; por otra parte, pueden haber carecido de recursos de aprendizaje adecuados para la enseñanza de la lengua, necesidad de perfeccionamiento docente en la competencia del idioma, sumado a la desmotivación del estudiantado, limitando la efectividad en el proceso de enseñanza. 

“La realidad actual de las escuelas en Chile es que las y los estudiantes pasan alrededor de ocho horas diarias en las dependencias educacionales. Es allí donde reciben permanentes influencias y enseñanzas de parte de sus pares, profesores, profesoras y otros adultos. Es por esto que se torna fundamental comprender la tarea transversal que realizan los docentes en la vida de los niños y niñas que educan a diario, donde el desarrollo de habilidades emocionales y socioafectivas sea probablemente lo que determine la capacidad que tengan las y los estudiantes de poner en práctica con éxito los conocimientos académicos y habilidades cognitivas alcanzadas en la escuela. Debido a lo anterior, es que se hace necesario comenzar por describir y comprender el concepto de Educación Emocional e Inteligencia Emocional y la relación entre ambos’’.

El proceso de enseñanza y aprendizaje de la lengua extranjera puede no estar limitado solo a factores de desarrollo cognitivo, sino también, estar asociado a factores afectivos cuyas implicancias tienen directa relación con los procesos metacognitivos para la enseñanza y aprendizaje del inglés. A su vez, el problema pudiera reflejarse tanto en el proceso, como en el rol que cumple el docente en la enseñanza del inglés y los factores afectivos. Todo aprendizaje dependería entonces del factor afectivo, no solo del de idiomas. Durante el aprendizaje de una lengua como el idioma inglés, afloran manifestaciones de la afectividad, tales como la motivación, interés y desinterés, estrés o sensación de angustia (Arnold, 2019).  Zárate (2021) plantea que la afectividad bien encauzada puede minimizar las situaciones que impiden al estudiante involucrarse con mayor entusiasmo en su trabajo académico y contribuir a una formación integral que considere a los estudiantes como seres humanos que requieren de tiempo para adaptarse e impulso para aprender una disciplina.

Hoy en día es tarea de todos los agentes de la educación, impulsar iniciativas de educación afectiva y emocional que fortalezcan los procesos de enseñanza y aprendizaje de inglés y de otras disciplinas en todos los ámbitos educativos y, especialmente en la formación afectiva de futuros docentes.