opinión
Francisco Diaz Pincheira
Septiembre 7, 2021
La pandemia del coronavirus ha mermado de manera importante el desarrollo social y económico de los países y de las organizaciones en general, algunos de estos han podido enfrentarla de manera relativamente adecuada mientras que otros han zozobrado frente a las dificultades y retos que nos ha impuesto esta enfermedad.
Las diferencias entre el éxito de unos y otros pueden estar dados por una gran variedad de factores de tipo económico, cultural y/o social, pero sin duda son los buenos liderazgos los que marcan la diferencia entre hacerlo bien o simplemente morir en el intento, sin embargo estos liderazgos no son tan fáciles de hallar, de hecho el MIT ha manifestado que los lideres en tiempos de incertidumbre reaccionan de tres maneras: rigidizan sus creencias, repiten sus conductas o se esconden del contexto. Es tan importante la función de los lideres en las crisis, que un buen ejemplo es Jacinda Ardem, la presidenta de Nueza Zelanda quien ha llamado la atención del mundo entero por sus buenas habilidades de liderazgo y como a podido mantener a su país como uno de los que mejor ha enfrentado la crisis sanitaria
Entonces cabe hacer la pregunta ¿Qué tipo de liderazgos necesitamos actualmente? ¿Que liderazgos son claves en los países y las organizaciones en general para sobrellevar esta crisis? La verdad, es que la respuesta es simple: necesitamos liderazgos cercanos, conciliadores, transparentes , con conocimiento técnico pero por sobre todo positivos y que se adapten a los cambios, lo complejo de esto es que no es fácil de encontrar personas que lleven a cabo estas ideas.
Lamentablemente vivimos en un país en donde cualquier persona que dirige grupos y posee una cuota de poder es considerada lider y lo peor es que se considera un buen líder quien grita mas fuerte o quien se impone por miedo frente a sus colaboradores. De hecho un líder nunca vociferaría a los cuatro vientos que es un líder y menos creería que es un ser “iluminado” y que lo todo lo sabe Por lo tanto esta idea retrograda del liderazgo inmaculado y carente de defectos, debe caer en post de liderazgos mas humanos y cercanos, preocupados por la sustentabilidad y por sobre todo el impacto que tienen con los que trabajan.
¿Y como logramos esto? En primer lugar nadie es líder per-se, es decir, el liderazgo es un proceso que debe desarrollarse y los que quieran ser lideres deben entender que la formación y el desarrollo personal deben ser ejes centrales de su gestión. En segundo lugar un líder debe ser vulnerable, es decir, un líder debe reconocer sus errores, solicitar ayuda, pedir disculpas y enmendar el cambio.
Finalmente las instituciones deben formar a sus lideres y no solo en gestión o finanzas, sino que también en habilidades emocionales que les permitan mantener buena relación con quienes trabajan , porque en tiempos de crisis necesitamos lideres que dirijan y escuchen, que sean visionarios y amables, que busquen resultados pero por sobre todo que busquen el bienestar de todos y todas.
Mis felicitaciones a todos esos lideres y lideresas que han hecho un gran trabajo estos dos últimos años.