opinión
Sergio Morales Candia
Octubre 15, 2024
El creciente desarrollo de la inteligencia artificial y otras áreas tecnológicas tendientes a la automatización de tareas comúnmente desarrolladas por seres humanos, ha impulsado una mayor valoración de habilidades cognitivas como el pensamiento crítico, debido a la complejidad de incorporarlo en las tecnologías actuales, implicando enormes exigencias para los sistemas educativos, particularmente en matemática. Esta nueva era nos invita a repensar los procesos de enseñanza y de aprendizaje de la matemática, priorizando habilidades como el pensamiento crítico y potenciando las capacidades de los estudiantes para resolver problemas y afrontar los desafíos del futuro. Si bien, los profesores afirman promover esta habilidad en su enseñanza, esto no siempre se refleja en sus prácticas, lo que da cuenta de la necesidad de generar propuestas estructuradas para mejorar el pensamiento crítico desde los primeros grados educativos.
El pensamiento crítico abarca habilidades, tales como, análisis, inferencia, evaluación, autorregulación e interpretación, todas imprescindibles para tomar decisiones razonables y resolver problemas en el mundo real. Por ello, limitarlo en los estudiantes genera efectos negativos en su desarrollo, restringiendo inclusive el cultivo de su curiosidad, autonomía y creatividad, aspectos claves del pensamiento científico. Esta situación alarmante se presenta particularmente en enfoques de enseñanza de la matemática centrados en la memorización, que reducen la capacidad de los estudiantes para adaptarse y tomar decisiones informadas.
Si bien, promover el pensamiento crítico desde una etapa temprana puede disminuir la posibilidad de que los estudiantes en un futuro se conviertan en consumidores pasivos de información y tecnología, y apuntar a un rol creativo y activo en resolución autónoma de problemas complejos, resulta fundamental preguntarse ¿Cómo aportamos en su desarrollo desde la enseñanza y el aprendizaje de la matemática escolar? Esta interrogante forma parte de las preguntas que buscaremos atender en las XXVIII Jornadas Nacionales de Educación Matemática que organizan conjuntamente la Universidad de Concepción y la Sociedad Chilena de Educación Matemática, para el 12 y 13 de diciembre en Los Ángeles, instancia en que se espera la participación de investigadores en didáctica de la matemática, docentes y estudiantes de pedagogía de todo el país. Una respuesta a priori parece ser una enseñanza de la matemática vista como un medio para potenciar estas habilidades, integrando herramientas tecnológicas en el aula para complementar, y no sustituir, el desarrollo del pensamiento crítico, adaptando las metodologías de enseñanza para que los estudiantes, desde el comienzo de su formación, perciban las matemáticas como algo más que un conjunto de normas a seguir, esto es, una manera de pensar críticamente que les brinda la oportunidad de prepararse para los retos del futuro.