opinión
Francisco Javier Parada Barriga
Junio 27, 2023
Las redes sociales son una herramienta muy útil para comunicarse, informarse y entretenerse, pero también pueden tener riesgos para los menores de edad si no se usan con precaución y responsabilidad. Según el estudio llamado “Niños Digitales” revela datos como que el 47% de los padres y madres les preocupa que internet represente una amenaza para sus hijos e hijas, teniendo claro que en este mismo informe nos dice que el 55% de los menores de edad de Chile, cuenta con más de una red social y la usa a diario. Desde el 2020 a la fecha, también se ha visto un incremento considerable de crímenes digitales, violencia en internet y tráfico de pornografía infantil durante los meses de confinamiento.
Uno de los riesgos más graves es el grooming, que consiste en que un adulto se hace pasar por un menor de edad o se gana su confianza para obtener imágenes o vídeos íntimos que luego usa para chantajearle o extorsionarle, como podemos ver en información que nos entrega PDI en su portal, donde hablan de más de 4000 denuncias realizadas a lo largo del país y en aumento desde el 2019/2020. Para prevenirlo, es importante que las niñas y los niños no compartan información personal ni material sensible con desconocidos, que bloqueen y denuncien a los usuarios sospechosos y que informen a sus padres o adultos de confianza si reciben algún mensaje o propuesta inapropiada.
Otro riesgo frecuente es el ciberacoso, que se produce cuando otros niños y adolescentes e incluso personas extrañas difunden rumores, burlas, amenazas o publican fotos vergonzosas o hirientes de alguien en las redes sociales, en Chile, sabemos gracias a la novena encuesta INJUV, que el 21% de las y los jóvenes ha sido víctima de ciberbullying. El ciberacoso puede tener consecuencias negativas en la autoestima, el rendimiento académico y la salud mental de los menores de edad. Para combatirlo, es necesario que estos sean respetuosos y empáticos con sus compañeros y amigos, que no participen ni difundan contenidos ofensivos o humillantes y que pidan ayuda si se sienten acosados o intimidados, tanto en su vida “real” como en la “digital”.
Un tercer riesgo es el uso excesivo de las redes sociales, que puede interferir en otras actividades como el estudio, el deporte o el ocio familiar. El uso excesivo puede generar dependencia, aislamiento social y problemas físicos como fatiga visual, dolor de cabeza o trastornos del sueño. Para evitarlo, es conveniente establecer unas normas y horarios para el uso de las redes sociales, así como fomentar otras alternativas de diversión y aprendizaje.
En conclusión, las redes sociales pueden ser una fuente de oportunidades para los niños, niñas y adolescentes, pero también pueden traer riesgos que debemos conocer y prevenir. Por eso, es importante que los padres/madres y educadores/educadoras orienten a las/los usuarios sobre cómo protegerse en las redes sociales y cómo hacer un uso equilibrado y positivo de ellas.