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Reportaje: Íconos identitarios del Campus Los Ángeles

Stephany Salinas

Junio 10, 2022

La identidad es un conjunto de rasgos propios de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. En el caso del Campus Los Ángeles de la Universidad de Concepción, se han relevado íconos artísticos, históricos y arquitectónicos distintivos de esta comunidad. 

En el marco de la celebración de los 50 años de la fundación del Campus Los Ángeles de la Universidad de Concepción, el Doctor en Artes Visuales y Académico Departamento de Didáctica, Currículum y Evaluación de la Escuela de Educación, Esteban Cárdenas Pérez, propuso a las autoridades crear la primera escultura con el objetivo de valorar la presencia identitaria del Campus Los Ángeles como parte de la Universidad de Concepción, destacando su vinculación con la comunidad angelina y la provincia del Biobío. 

El hombre inacabado y en profunda transformación es el nombre de la escultura creada para conmemorar el cincuentenario del Campus Los Ángeles de la UdeC. 

El proyecto escultórico fue pensado para trascender en el tiempo, destacando entre sus principios e ideales el compromiso y responsabilidad social de la comunidad universitaria del Campus Los Ángeles, preocupada por el desarrollo cultural, intelectual, tecnológico, científico y educacional. Posicionando una visión estética e iconográfica renovada del espacio físico al servicio de la comunidad universitaria, proyectando el desarrollo cultural y de creación artística del Campus.

La escultura El hombre inacabado y en profunda transformación, simboliza el ideal del conocimiento en continuo desarrollo y evolución, depositario en hombres y mujeres con visión de futuro, parte fundamental del progreso intelectual como herramienta de transformación sociocultural y educativo. Asimismo, incorpora la impronta de la Universidad de Concepción “Por el desarrollo libre del espíritu” cimentado en el proceso de formación inicial del estudiante hasta alcanzar los más altos niveles de perfeccionamiento, autonomía creadora, de investigación e innovación tecnológica con fuerte arraigo en la comunidad provincial y regional del Biobío.  

El Doctor en Artes Visuales, Esteban Cárdenas Pérez quiso rendir un tributo a los fundadores de esta casa de estudio provincial, destacando al diputado Manuel Rioseco Vásquez y primer director local, Abaraim Püschel. Además, sintetiza el reconocimiento a otras destacadas personalidades universitarias y pensadores de la ciudad de Los Ángeles, como el arquitecto Ronald Ramm, quienes, sobre la base de esfuerzos personales, pensamiento crítico y miradas de progreso, proyectaron las carreras profesionales que cuenta actualmente el Campus Los Ángeles. 

La escultura es una estructura de metal anclada sobre una base de hormigón armado que en su parte frontal se eleva hasta cinco metros aproximadamente y es de 1,6 metros de ancho. Fue instalada en un área verde interior, sector nororiente, al lado de la cafetería del Campus Los Ángeles. Inaugurándose el 25 de mayo de 2012, con presencia de las autoridades de la Universidad de Concepción y del Campus.

El hombre inacabado y en profunda transformación

En un sentido plástico, El hombre inacabado y en profunda transformación se constituye en una estructura tridimensional que involucra aspectos de la experiencia perceptual como su organización en el lugar, espacio, movimientos y formas artificiales, posiciones y direcciones que permiten desplazar la vista del observador desde perspectivas diferentes. Su estilo, técnica, materiales, aspectos iconográficos y compositivos reflejan un espíritu de creación contemporánea dentro de los parámetros y combinaciones del arte conceptual, expresionista, figurativo y abstracto.

Entre los colaboradores del proyecto, estuvo Idalio Cuminao García, quien fue académico del Dpto. Teoría, Política y Fundamentos de la Educación. También participó Lilian Vargas Villar, profesora de Matemáticas y Magíster en Educación mención Currículum y Evaluación, quien trabajó en la Escuela de Educación del Campus Los Ángeles. Además, destaca la contribución de Jaime Ravanal Poblete, Topógrafo, Ingeniero Geomensor y académico del Dpto. Ciencias Geodésicas y Geomática de la Escuela de Ciencias y Tecnologías del Campus Los Ángeles.

Una interpretación desde el punto de vista de la cosmovisión mapuche-pehuenche, realizó el profesor Domingo Carilao Huiriqueo. “En la escultura se representa la circularidad que está en todos los elementos: redonda es la luna (kÿen), el sol (antü) y la tierra. El mapuche unido a la tierra, donde reina la armonía, el orden y el equilibrio. Donde se inculca y afianza el respeto no sólo a las personas sino a todos los seres vivos, puesto que desde la cosmovisión mapuche todos forman parte del mapu (universo) y todos se necesitan para vivir en armonía y equilibrio. Eso pasa por conocer la naturaleza y tener comunicación con ella, con un sentido de reciprocidad”. 

Por su parte, el profesor David Robles Illesca, entregó una interpretación pedagógica. “Veo en la escultura, el triunfo del saber ya que nos ofrece la posibilidad de relacionarnos con el contexto de la Educación Superior, las expectativas, los intereses de los alumnos y la experiencia de los académicos, por lo tanto, promueve espacios para la expresión y apreciación de las ideas y los sentimientos de los alumnos y docentes, es propiciar el desarrollo del juicio crítico lo que se traduce en una educación integral tanto en la ciencia como en la cultura. Aprender ciencia y cultura es fascinante ya que nos permite explicar de mejor manera el mundo que nos rodea, nos capacita para desarrollar la creatividad, la imaginación y la sensibilidad tan necesaria para un trabajo integrado entre las diferentes disciplinas que ofrece nuestra casa de estudio. Esta escultura, también simboliza la formación de líderes, ya que existe una mirada complaciente e integradora entre el maestro y el aprendiz. Lideres positivos que estén preparados para provocar cambios para que las próximas generaciones vivan mejor, respetando el futuro de nuestras familias y de nuestra patria. Debemos cambiar nuestra sociedad, pero a través de nobles ideales y eso se logra desarrollando nuestras habilidades y el buen uso de nuestras inteligencias”. 

La pintura mural Sin verdad y esfuerzo no hay progreso, es el segundo ícono reconocible del Campus Los Ángeles de la Universidad de Concepción, ubicado en el auditorio del edificio Dr. Manuel Rioseco Vásquez. 

Esta obra del Doctor en Artes Visuales, Esteban Cárdenas Pérez, representa los aspectos iconográficos y valores estéticos que identifican el quehacer educativo, científico, tecnológico, investigativo y de extensión del Campus Los Ángeles de la Universidad de Concepción hacia la comunidad angelina y su vinculación con la provincia del Biobío. 

Sin verdad y esfuerzo no hay progreso

Inspirado en el mural Presencia de América Latina, ubicado en el hall de la Casa del Arte UdeC y declarado Monumento Histórico en 2010, el académico del Departamento de Didáctica, Currículum y Evaluación de la Escuela de Educación quiso representar la historia del Campus Los Ángeles con sus dos escuelas, incorporando narrativa iconográfica y visual sobre la formación, obedeciendo a las necesidades de desarrollo local y cultural de la comunidad angelina y de la provincia del Biobío.

En julio de 2012, presentó la iniciativa de ejecución muralista a las autoridades pertinentes, como una propuesta significativa desde las artes para contribuir y dejar una huella en el Campus Los Ángeles tras sus cincuenta años de funcionamiento en la provincia, contando con el apoyo de la Universidad de Concepción a través de la Dirección de Investigación y Creación Artística. 

Las pinturas murales, desde las primeras manifestaciones rupestres halladas en las cuevas de Altamira hasta las propuestas visuales contemporáneas, obedecen a la expresión más auténtica de la creación humana a lo largo de la historia. 

El arte de la pintura mural es un lenguaje de comunicación visual, un medio de transmisión sociocultural y educativo que se inserta en la conciencia y opinión del público en general. El mural, en otros términos, es una imagen de grandes dimensiones que utiliza como soporte una pared o muro, posee un carácter decorativo, didáctico, simbólico y representativo que narra visualmente microhistorias sobre el carácter valórico de la Institución Universitaria con la que se identifica. 

En este contexto, la pintura mural se tituló Sin verdad y esfuerzo no hay progreso, donde se retratan los valores y el sentido de la comunidad universitaria del Campus Los Ángeles, así como también el desarrollo de la docencia universitaria y la formación de profesionales en las distintas áreas del conocimiento. 

La planificación del mural consideró el concepto de modularidad, un aspecto técnico que permitiría desarmarlo o trasladarlo de ser necesario, ya que está compuesto por tres bloques. Otra de las innovaciones técnicas es que no se pintó un muro, sino que se realizaron diferentes tratamientos con pintura acrílica sobre tela tensada y pegada en superficie de madera, lo que facilitaría una restauración si es que tiene algún daño. 

La pintura se determina sobre la base de un estilo figurativo abstracto. El mural comienza con la Cordillera de los Andes, hacia el territorio de pueblos originarios, específicamente mapuche y pehuenche. Empezamos a crear una situación representativa de las personas del piñón, pintamos a una mujer embarazada y el joven que la acompaña para transmitir el concepto de familia. 

Luego se observa gráficamente la evolución del hombre representado por la repetición de diferentes cráneos que van desde el australopiteco (hombre-simio) hasta modelar el perfil del homo sapiens-sapiens (hombre contemporáneo). Siguiendo la lectura visual hacia la parte inferior, se observa la representación clásica del hombre griego en una actitud filosófica educativa (científicos, tecnológicos, cognitivo, dialéctico, etc.) expresada en la transmisión de los conocimientos: enseñanza del maestro dirigida a sus discípulos.

Continuando la lectura visual hacia la derecha de la pintura mural se observa representado el concepto de Educación en la imagen clásica y mítica de la madre que amamanta al hijo. Sostiene en la mano derecha un libro abierto en que se observa la antorcha de la Universidad de Concepción. La idea es antorcha que enciende las almas y es flecha que toca los astros y la fe. El manto de la madre (Educación) que se desprende hacia el suelo y que se yuxtapone con el fondo, simboliza el mapa político de la Región del Biobío y la presencia de la Universidad de Concepción. Rodean el mapa y por debajo de la madre que amamanta, se observa la escena de tres niños en distintas acciones (jugando, estudiando, creando, observando) simbolizando la base del conocimiento y su adquisición a temprana edad, pero también, la formación profesional que se imparte en ambas escuelas. En la misma composición gráfica se observan relojes que aluden a la cronología del tiempo y el paso del hombre a través de la historia. En este paño se representa la cronología del establecimiento de los tres campus de la Casa de Estudios.  El año 1919 cuando se fundó la Universidad de Concepción, 1954 por el origen del Campus Chillán y 1962 por la creación del Campus Los Ángeles. 

Al centro de la pintura mural, se ubica una mano extendida que representa el guía que recibe y acoge el ingreso de los nuevos estudiantes y a su vez, orienta y despide a los profesionales que egresan. Atraviesa la mano el título de la obra Sin verdad y esfuerzo no hay progreso. Asimismo, se establecen gráficamente tres siluetas de un grupo de personas (familia, amigos, estudiantes, profesores, etc.) que transitan por el Campus Los Ángeles, y que representan a las personas de las 14 comunas que forman parte de la provincia del Biobío (Alto Biobío, Antuco, Cabrero, Laja, Los Ángeles, Mulchén, Nacimiento, Negrete, Quilaco, Quilleco, San Rosendo, Santa Bárbara, Tucapel, Yumbel).

Luego aparece el hombre bicentenario con un farol que representa la búsqueda del conocimiento, ya que el farol permite iluminar los espacios, revelar el conocimiento y entregarlo al servicio de la comunidad. Por su parte, la manzana flotando representa a Newton, el descubrimiento del universo.

El mural continúa con un panel de circuitos y demás iconos figurativos abstractos que representan las nuevas tecnologías de la información y comunicación en conjunto con los procesos de modernización del Campus Los Ángeles. Un árbol del conocimiento rodeado de personas en diferentes actitudes del ámbito profesional que simbolizan los avances en las áreas del saber científico, biológico, matemático, tecnológico, forestal, educacional y artístico, que viene a sintetizar los campos de acción, de progreso e innovación de las carreras que se imparten actualmente en el Campus Los Ángeles.

Por último, en el extremo derecho de la pintura mural se visualiza una mujer que representa a la Universidad y la generación de conocimiento. Ella tiene en su mano la antorcha, ícono de la Universidad que significa iluminación, entonces se interpreta como que la Universidad guía, acoge y entrega alternativas para que seguir el camino. 

El Dr. Esteban Cárdenas manifestó que el mural es un proceso continuo, un fragmento de historias paralelas que se van conectando entre sí, “es nuestra microhistoria visual que decidimos plasmar en el auditorio, porque es el espacio que concentra grandes grupos de personas”. Además, expresó que hubo muy buena disposición de la comunidad para crear la pintura. Durante casi un año se utilizaron las dependencias de la actual oficina de la Unidad de Comunicaciones y Diseño para pintar las tres planchas que componen el mural de 12 metros de largo y 2 metros de ancho.

Entre los colaboradores que participaron del equipo de trabajo, destaca el profesor y licenciado en Artes Plásticas, Claudio Baro Maldonado, la profesora Paula Urzúa Carmona, el profesor Alex Pino Espinoza, la estudiante de Educación Diferencial, Bárbara Henríquez Isla. Además, contribuyeron en la instalación Andrés Torres, Sebastián Merino y Fernando Ormazábal. 

La inauguración de este ambicioso proyecto pictórico se realizó en mayo de 2013, contando con la presencia del Rector Sergio Lavanchi, junto al director general del Campus Los Ángeles, Luis Hauenstein, autoridades universitarias, invitados especiales y estudiantes. 

Tras diez años de su creación, el mural Sin verdad y esfuerzo no hay progreso continúa siendo un proyecto innovador y vanguardista, que  posee una variedad de estilos y diferentes temáticas que pueden entenderse como una dispersión o fragmentación iconográficas, pero que también, el conjunto de sus imágenes, diferentes colores, formas y texturas, pueden ser perfectamente concebidas dentro de una inagotable riqueza de experiencias pictóricas que acentúan el carácter divergente y multidisciplinario que entregan las artes visuales y que indudablemente ofrecen enormes posibilidades para el desarrollo de la imaginación y la fantasía. 

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